martes, 10 de abril de 2012

Nadie hace caso del agua que va después de la lluvia, cuando vuelve el sol; poco importa si sobre ese agua hay lágrimas después de haber llorado, por amor, por dolor.
El agua se evapora, vuelve al aire, a nuestros pulmones, respirando el viento que sentimos en la cara; y las lágrimas vuelven a entrar en nosotros, como las cosas que hemos perdido, pero nada se pierde en realidad; cada segundo que pasa, cada luna que surge no hace más que decirnos ¡VIVE!  
Vive y ama lo que tu eres, como tu seas, por lo que seas. Mira en lo alto hacia el cielo, cierra los ojos, y no te canses nunca de soñar. La vida es muy corta para no ser felices. 

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